No quiero que más nadie me hable de amor. Ya me canse, todos esos trucos ya me los sé, esos dolores los pase.
Que te odio en secreto ante todo lo confieso, si pudiera te pidiera que me devuelvas todos los besos que te di, las palabras y todo el tiempo que te di. Me arrepiento una y mil veces, de haber confiado en ti.
Quisiera que te sientas, como yo me siento.
Quisiera ser como tu, sin sentimientos.
Quisiera sacarte de mis pensamientos.
Quisiera cambiarle el final al cuento.
Las barras y los tragos han sido testigos del dolor que me causaste y todo lo que hiciste conmigo. Un infeliz en el amor, que aún no te supere, que ahora camina solo, sin nadie por todas las aceras. Preguntándole a dios, si en verdad el amor existe. Y porque si yo era tan bueno, toda esta mierda tú me hiciste. Lo más cabron es que tú, ves todo esto como un chiste. Siempre voy a maldecir el día en que naciste.
Los chocolates que te di, y todas las flores, se convierten hoy en día en pesadillas y dolores. Yo ya perdí la Fede que tu mejores, si después de la lluvia sale el arcoíris pero sin colores.
Bad bunny
jueves, 22 de febrero de 2018
lunes, 5 de febrero de 2018
Imagino en unos años
A veces, antes de dormir, cierro los ojos e imagino que te encuentro recorriendo la ciudad dentro de 4 o 5 años, quién sabe si 6.
Aprieto fuerte los párpados y te veo más guapo, más adulto, más experimentado, y menos chulo. Con la misma sonrisa que me robó el corazón a los 24, eso sí. Imagino entonces que me hablas de tu vida, que me dices que has cumplido aquellos sueños que tanto te frustraban y que has conseguido el trabajo de tu vida. El que tanto merecías, de verdad. Yo noto el rubor subiendo por mis mejillas, con el mismo pudor que me provocas cuando te conocí, y te digo que sigo bien, también como siempre. Que he seguido luchando por aquello en lo que creo, que por fin pude alquilar aquel estudio de los balcones repletos de flores, y que ahora entra el sol en todos los rincones de mi vida. Me dices que no tienes pareja, que la tuviste y se acabó hace algún tiempo, por incompatibilidades imposibles de solventar. Y yo me río por la excusa que le has puesto tu mala cabeza. Imagino que nos quedamos en silencio unos segundos y tú aprovechas para remover el dolor de nuestra historia. Te cuesta decirlo, como te costó decirlo todo en aquel tiempo; pero al fin esbozas un “perdón, lo siento”. Dices que ahora entiendes que las cosas no se acaban de esa manera, que me debes una conversación. Te digo que las cosas son así porque así tuvieron que ser, que no hay rencor ni reproche, que separados hemos encontrado el triunfo, aunque no hayamos dejado ni un solo día de acordarnos de aquel fracaso que tan felices nos hizo.
Imagino también que en este encuentro me daré cuenta de que te sigo queriendo con toda el alma. Que por mucho que me digan los expertos, el pasado es el mayor sello de entidad de futuro. Imagino que te digo que me voy, y que, por primera vez, te rechazo un beso. Me giraré en ese momento con las lágrimas en los ojos, las mismas que derramo cada vez que aún te imagino, y que sin mirar atrás, te susurraré: “los años, mi niño, que, aunque no han sabido borrar tu rostro, ha logrado hacerme más sensata”.
@Julitaerre
Aprieto fuerte los párpados y te veo más guapo, más adulto, más experimentado, y menos chulo. Con la misma sonrisa que me robó el corazón a los 24, eso sí. Imagino entonces que me hablas de tu vida, que me dices que has cumplido aquellos sueños que tanto te frustraban y que has conseguido el trabajo de tu vida. El que tanto merecías, de verdad. Yo noto el rubor subiendo por mis mejillas, con el mismo pudor que me provocas cuando te conocí, y te digo que sigo bien, también como siempre. Que he seguido luchando por aquello en lo que creo, que por fin pude alquilar aquel estudio de los balcones repletos de flores, y que ahora entra el sol en todos los rincones de mi vida. Me dices que no tienes pareja, que la tuviste y se acabó hace algún tiempo, por incompatibilidades imposibles de solventar. Y yo me río por la excusa que le has puesto tu mala cabeza. Imagino que nos quedamos en silencio unos segundos y tú aprovechas para remover el dolor de nuestra historia. Te cuesta decirlo, como te costó decirlo todo en aquel tiempo; pero al fin esbozas un “perdón, lo siento”. Dices que ahora entiendes que las cosas no se acaban de esa manera, que me debes una conversación. Te digo que las cosas son así porque así tuvieron que ser, que no hay rencor ni reproche, que separados hemos encontrado el triunfo, aunque no hayamos dejado ni un solo día de acordarnos de aquel fracaso que tan felices nos hizo.
Imagino también que en este encuentro me daré cuenta de que te sigo queriendo con toda el alma. Que por mucho que me digan los expertos, el pasado es el mayor sello de entidad de futuro. Imagino que te digo que me voy, y que, por primera vez, te rechazo un beso. Me giraré en ese momento con las lágrimas en los ojos, las mismas que derramo cada vez que aún te imagino, y que sin mirar atrás, te susurraré: “los años, mi niño, que, aunque no han sabido borrar tu rostro, ha logrado hacerme más sensata”.
@Julitaerre
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