Parece que la vida es la mayor de las ironías. Algunos creen en el karma, otros tienen fe en Dios. Yo parecía que en los dos, pero de poco sirve porque cada bien que hago se convierte en mal. Sé que aunque lo diga no lograré cambiar y seguiré haciendo las cosas bien aunque no obtenga recompensa. Pero soy esa idiota que sigue teniendo la esperanza de que algún día el destino se acuerde de mí y esa buena suerte que anda escondida sea capaz de devolverme de golpe y a lo grande todo lo bueno que una vez hice. Y puestos a pedir espero que sea algo que me marque de por vida y por el que mi sonrisa no se apague ni por un instante. Pero como dije antes, solo soy una idiota.
y afronto que siempre lo seré
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