Pero hay cosas... a las que no te acostumbras ni con todo el tiempo del mundo, no te acostumbras ni al hueco del otro lado de la cama, nunca te acostumbraras a no ver su sonrisa, o a dejar de pedir dos copas en un bar, o a comprar dos entradas para un concierto, a no notar su olor, ni sus besos, ni a que se te reviente el alma cada vez que te mires a el espejo.
Y te das cuenta que eres la gilipollas mas grande del mundo, por haber dejado que se fuera esa persona que ahora echas de menos.
Pero ya es tarde, has perdido el tren
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