Me duele ignorarte por el simple hecho de que tú lo hagas, me duele no hablarte por el simple hecho que no me hables...
Me duele escribirte por el simple hecho, que se que no vas a contestarme, y cuando porfin recibo un mensaje tuyo, me quiero hacer la dura y la digna, hacerte esperar como tu lo has echo conmigo. Pero la verdad es, que no tardo ni dos segundos en contestarte.
No hay comentarios:
Publicar un comentario